"Hace mucho que las sociedades toleran y acogen podredumbres, comportamientos viciados y cínicas actuaciones. Hace mucho que la ceguera y el silencio campan ufanos y engreídos en las ciénagas de la indiferencia. Hace mucho que nuestra sociedad está enferma, enferma de egoísmo, enferma de vanidad, enferma de sí misma. Rodeada de mentiras cobardes y huidizas. El hombre no vale por lo que es, simplemente hombre. Esa lección la arrancaron de los libros de texto, con saña y desprecio, sonrisa esquiva y mirada altiva.
Corrupción, corrupción moral arrostrada en un virus que no se detiene ni se puede controlar. Los hábitos no se erradican a golpe de decretazo ni tampoco talonarios. No hay remedios taumatúrgicos cuando una sociedad se ignora a sí misma. No se piensa, no se dice lo que se piensa y no se piensa lo que se dice. Es una época de frivolidades varias, irreflexiones y prisas. No somos capaces de hacer un alto y mirarnos al espejo. La imagen distorsionada de nosotros mismos nos asustaría"
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