21-01-2010 / 13:50 h
(Murcia) ECONOMIA
Experto dice que contabilidad ha apostado por transparencia en la crisis
Para Verdú, la auditoría en un entorno de crisis supone hacer una evaluación de riesgos completa que proteja de factores adversos como información sesgada o insuficiente, o valoraciones muy optimistas o poco objetivas.
Verdú consideró necesario evaluar de forma cauta la capacidad de generar ingresos futuros por parte de las entidades auditadas, es decir, la continuidad de la empresa, y valorar la responsabilidad social corporativa.
Además estimó crucial el mitigar los riesgos empresariales aplicando códigos de buen gobierno mejorando controles internos e incrementando la transparencia y la ética de los negocios.
Este catedrático, que participó junto a otros expertos contables en una jornada organizada por el Instituto de Censores Jurados de Cuentas, el colegio de Economistas y el Registro General de Auditores, señaló que actualmente cien países utilizan las Normas Internacionales para el Reporte de Información Financiera (NIIF) y que en el 2011 las adoptarán Japón, Canadá, Brasil y Corea después de que la SEC (Securities Exchange Commission) las considerasen de alta calidad.
Indicó que la contabilidad ha permitido una rápida detección de la crisis, pero no ha influido en ella, y acusar a este sector "sería tanto como matar al mensajero", al tiempo que añadió que no se ha tratado tanto de un criterio contable, como de una incorrecta aplicación.
Para Verdú, los auditores en épocas de crisis económicas se han convertido en sordos protagonistas que han influido en la toma de decisiones de los empresarios, y afirmó que "la auditoría hoy por hoy es algo más que el análisis de cifras reflejadas en estados financieros".
Consideró "obsoleta" la ley de Auditoría, tras 21 años de vigencia, y se felicitó por la próxima reforma en mayo para adaptarla a la normativa europea, ante la necesidad de incrementar la seguridad jurídica de la profesión en materias como la responsabilidad, la independencia, el régimen sancionador, las normas sobre transparencia de las firmas auditoras, la flexibilización de las autorizaciones para firmar informes y las normas internacionales de auditorías (NIAS) así como las normas éticas (IFAC).
Respecto a la crisis económica, explicó que es la primera del siglo XXI, es global, profunda y compleja de resolver, de intensa propagación, e inesperada y duradera, y que posee tres tipos de causas: financieras, económicas y psicosociales.
Entre estas últimas mencionó las malas practicas, la falta de valores y la ausencia de ética, mientras que en las financieras enumeró la burbuja inmobiliaria, las hipotecas subprime, la escasa eficacia de los organismos reguladores y un conflicto de intereses por parte de las grandes agencias de rating.
Las consecuencias para las empresas han sido un estancamiento en las ventas, el desplome de la demanda, la presión de los competidores, la crisis de liquidez, la elevada morosidad, un incremento de stock y el incremento de los costes financieros.
Según dijo, se ha descubierto que gran parte del crecimiento no era real y que era "dinero de papel" y "beneficio en libros contables", y que se necesita un beneficio real y sostenido.
Del nuevo sistema de supervisión en las entidades financieras, en su opinión se espera que sea homogéneo y global, ya que no es una cuestión de mayor regulación, sino de mejor regulación, y una eficacia y coordinación, para lo que la UE está elaborando un anteproyecto de ley para crear un supervisor bancario global europeo que tendrá mayor potestad que los supervisores nacionales.
Explicó por último que se trabaja en una propuesta para que los bancos aumenten sus provisiones y para prevenir la crisis.
El consejero de Empresa, Salvador Marín, clausuró la jornada explicando que la filosofía "financiapyme" pretende impregnar la cultura del control, análisis y estrategia a las empresas, al tiempo que subrayó que la información financiera es buena, por lo que ve bien que se hagan mas auditorías a los ayuntamientos.
De la nueva ley de Auditoría, indicó que es un paso adelante con nuevos controles y mejor independencia del auditor, unos profesionales, según dijo, que son los primeros interesados en que la sociedad los tenga bien considerados. EFE
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